viernes, 11 de diciembre de 2015

Princes of the Apocalypse Session 9: Scarlet Moon Hall – Wicker Giant

Sesión 9: Salón de la Luna Escarlata – El Ritual del Gigante de Mimbre 

Como petición de la Enclave Esmeralda se le encargo al clérigo que acompañaba a los aventureros para investigar al obscuro druídico Circulo de la Luna Escarlata que conoce el Ritual del Gigante de Mimbre, un ritual que puede restaurar el balance natural en tan problemática región. Promesas de aprender a su vez el tan necesitado ritual ha creado una atmósfera de anticipación festiva por el ritual que será llevado en la próxima luna llena.

Siguiendo veredas entre las rocosas colinas de Sumber llegan al lugar donde se han concretado otros viajeros como ellos a la expectativa del ritual. A un lado de cada grupo de tiendas de campaña había gigantescas piras de fuego tales que creaban una niebla humo negro que obscurecía la colina y producía picazón en los ojos mientras que a lo lejos se podía ver una extraña figura gigante envuelta en llamas detrás de lo que parecían muros derruidos.

Al entrar al primer campamento encontraron a un grupo de cuatro personas vestidas con simples túnicas, bolsas de hierbas y alces durmiendo cercas. Sin duda daban la apariencia de druidas y al ver a los aventureros les ofrecieron alimentos y comida mientras les explicaban un poco de lo que habían aprendido. Al parecer no todos eran dignos de recibir las enseñanzas de que tenían que ofrecer el Circulo de la Luna Escarlata y se encontraban a la espera de ser llamados y probados para ser dignos de ayudar en la tarea de curar el sufrimiento que la naturaleza tenía en el valle. Sospechando lo peor preguntaron a los jóvenes druidas si la gente que era llamada para probarse digna volvía a sus campamentos. Al parecer si volvían, pero algunos dejaban el lugar mientras que otros decidían quedarse como espectadores y aprender lo que pudieran.

Se despidieron de los druidas y se dirigieron al siguiente grupo de tiendas de campaña al norte encontrándose con dos tipos que vestían harapos y muy velludos quienes al ser interrogados por los viajeros se empezaron a sentir incómodos, parecía fácil amenazar a aquellos para soltar información pero al primer signo de agresión sonrieron alegres de tener al fin una excusa para pelear y en unos instantes aquellos dos hombres mostraron sus colmillos, dos licántropos deseosos de satisfacer sus instintos asesinos. Atacaron ferozmente y terminaron mordiendo a dos de los aventureros contagiándoles su maldición, pero aun con su fiereza terminaron por caer y ser arrojados a la pira para asegurarse de que tales abominaciones no sobrevivieran.

Aquel ataque los había sorprendido, pero de todas formas continuaron adelante hasta poder presenciar las ruinas de lo que debió ser una pequeña fortaleza con apenas medio muro en pie y una torre rodeada de andamios, obviamente por reparaciones. La entrada era custodiada por dos hombres encapuchados túnicas grises y pequeñas bolsas que dejaban entrever ramas y hojas que al notar que alguien se acercaba les informaron que solo cuando sean llamados podrían pasar y que esperaran en los campamentos hasta que fueran llamados. Se retiraron sin causar problemas pero en lugar de obedecer sus órdenes aprovecharon el humo para rodear el lugar y entrar entre los muros derrumbados encontrando que solo era custodiado por un solo hombre que parecía estar algo distraído.

Sin pensar al respecto el hombre fue atacado y derribado antes de que este pudiera si quiera reaccionar, pensaban entrar con gran sigilo pero su impulsividad despertó a dos seres que de inmediato fueron tras los invasores. Empezaron a lanzar poderosos ladridos informando tanto a guardias en los andamios como a los encapuchados de la entrada para luego atacar a los aventureros con su aliento de llamas, sin duda eran sabuesos infernales y no podían significar nada bueno. 

Habían subestimado a los encapuchados y sacando de su manga un pequeño trozo de carbón uno de ellos recito un poderoso hechizo, una bola de fuego, esta envolvió en sus llamas a varios completamente sorprendidos. Hasta el momento el estar juntos había funcionado para protegerse de espadas, flechas y golpes, pero esto cambiaba por completo las cosas y ahora eran un blanco fácil para los masivos hechizos que arrojaban en su contra. Mientras el otro encapuchado empezó a realizar un mantra exclamando frente a un hombre gigante de mimbre que estaba siendo consumido por las llamas "Levántate, limpia este lugar de los indignos".

Las cosas se complicaron muy rápido, se separaron tratando de evitar las bolas de fuego para luego concentrar sus ataques en su fuente. La pelea duro unos segundo pero el otro encapuchado había terminado de recitar su llamado y el gigante de mimbre empezó a moverse. Aquella criatura era un elemental de fuego que estaba enlazado con el ídolo de mimbre, el solo estar cercas de él hacía que las cosas se prendieran en llamas y el guerrero que siempre había acostumbrado estar al frente del combate noto con miedo como su armadura y escudo eran inútiles contra las flamas que cubrían su cuerpo al ser simplemente tocado por la criatura.

Las cosas parecían ponerse peor cada momento ya que la batalla había alertado a campamentos cercanos, un grupo de cuatro aparentes druidas llegaron pidiendo una explicación, por un momento parecería que tendrían que enfrentar a aquellos nuevos refuerzos, pero las bendecidas palabras del clérigo hicieron notar rápido que él ritual era un engaño. Parecieron dudar un momento tres de ellos pero el cuarto les dijo que confiaba en los aventureros y que el evitaría que aquellas profanas llamas se propagaran. Usando magia de truenos y ventiscas ayudaron a demoler aquel profano ídolo. Pero las cosas solo habían comenzado.

Uno de los hombres hizo un extraño símbolo con sus manos al derribar al elemental, un símbolo muy parecido al encontrado entre las posesiones de los piratas que habían atacado Wormford, al parecer un grupo rival era quienes les estaban apoyando. Aunque al notar que no habían reaccionado de la forma esperada, de inmediato supo que no eran miembros, aun que parecían los hombres indicados para acabar con aquellos pirómanos. Se ofrecieron a cuidar la retaguardia mientras los aventureros subían a la torre a derrotar al líder de aquel espectáculo.

Pronto más personas se acercaron al ver que el gigantesco hombre de mimbre caía hecho escombros... y entonces la locura se desato, grupos de bugbers salieron de campamentos, soldados con el poder de calentar sus armas al rojo vivo y los miembros del Circulo de la Luna Escarlata empezaron a atacar a cualquiera que no fuera un obvio aliado. Todo había sido una trampa, al ver cómo la gente empezaba a caer por las llamas decidieron bajar de la torre y asistir a los druidas cercanos a sobrevivir. Lograron rescatarlos y traerlos a la conciencia con magia, pero el espectáculo en los campamentos era simplemente horrible, incontables cadáveres quemados, gente desgarrada por marcas de osos y mordidas de lobo.

Todos estaban heridos de gravedad y aún faltaba lo que estuviera dentro de la torre, tenían que salir de ese lugar y recobrar fuerzas o terminarían incinerados. Una vez a salvos los druidas agradecieron el auxilio y se despidieron mientras eran guiados por aquel que había hecho la señal que eventual mente aprenderá que representa a los cultitas de la ola aplastante. Después de ver los horrores del fuego aquellos traumatizados druidas serian influenciados por los hombres de La Ola Obscura.

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