jueves, 19 de mayo de 2016

Princes of the Apocalypse Session 20: The Long Road - Long Road

Sesión 20: El camino largo - Largo camino

Una vez que los aventureros salieron del Rancho Nettlebee obtuvieron la noticia de que un orbe de devastación había sido robado de Triboar, no tenían muchas pistas al respecto pero al saber que el lugar quedaba de camino a Yartar, los miembros de la red obscura que viajaban con el grupo sugirieron ir a Wormford para realizar un pequeño trabajo el cual los dejaría en el lugar donde se reportó el robo.

El camino fue largo pero no tuvieron muchos problemas en llegar a Wormford avanzando por Beliard para luego seguir por el rio un par de días. El pequeño pueblo se recuperaba después de los piratas que pertenecían al Culto de la Ola aplastante atacaran el lugar. Una vez en Wormford la ladrona del grupo contacto a sus líderes para saber claramente en que consistía el encargo. Tendrían que llevar una serie de cargamentos desde Wormford hasta Yartar, dejando algunos paquetes en Triboar, debían de tener cuidado ya que el cargamento era valioso y al parecer los ataques de cultistas, piratas y bandidos había creado un vacío en el mercado negro que otros grupos estaban llenando. Las instrucciones eran simples, a la mañana siguiente transportarían la mercancía y cuando llegaran a la ciudad debían evitar a los de aduana, en especial a los honestos.

Los aventureros consiguieron una carrosa de la cual tirarían sus monturas mientras que la red obscura prepararía a sus propios hombres para auxiliar con la tarea de cuidar las diez carretas de mercancía, un cargamento tan grande simplemente no podía pasar desapercibida.

El camino no tuvo inconvenientes la primera mañana de recorrido, pero al anochecer un gran grupo de bandidos decidieron atacar con flechas encendidas esperando incendiar alguno de los carros, que fuera abandonado y pillar lo que pudieran. Pero no contaban con los aventureros que apagaron rápidamente los incendios creando lluvia con poder divino para luego ser casi exterminados con un par de spells los cuales eran suficientes como para matarles múltiples veces. Los bandidos sobrevivientes espantados por la masacre escaparon por su vida mientras que uno de ellos era capturado y amenazado con un horrible destino si intentaban hacer algo en contra de la carroza, no se les volvió a ver pero en algún momento de la noche volvieron para enterrar a sus muertos.

El segundo día de recorrido atravesaron la ciudad de Redlarch, ya habían escuchado rumores de que un tornado había arrasado de la noche a la mañana el pueblo pero por primera vez veían la magnitud del desastre, muchas casas habían caído a pedazos, árboles arrancados tirados por el suelo y lo que antes era un pueblo activo parecía completamente solo. Aunque las apariencias engañan y no tardaron en darse cuenta que alguien los observaba escondido entre los escombros. Se acercaron pero le perdieron el rastro dejando someras raciones esperando que aquel pueblo que los veía en tan baja estima agradeciera la ayuda y salir del lugar sin investigar lo que realmente había sucedido.

No tardaron en empezar a atravesar el centro del valle Dessarin, las colinas Sumber, lugar donde los cultos tenían su actividad principal. El grupo fue emboscado por un clérigo de la flama eterna y sus guardianes que venían específicamente a matar a los aventureros, estos lograron destruir el carro en el que viajaban con una bola de fuego pero la situación fue rápidamente controlada. Durante esa noche por su parte el culto de la piedra negra hizo su ataque por dos frentes, había estado observando a la distancia a los aventureros, su plan era separarles. Enviaron un grupo de ogros para atacar a los guardias que les acompañaban y distraer a algunos de ellos para luego atacar por sorpresa a aquellos que se quedaran atrás cuando escucharan el alboroto. Su plan tuvo éxito al separarlos habiendo pelea en dos frentes pero los ogros cayeron fácilmente mientras que los guerreros del culto caían mientras su líder escapaba corriendo atravesó de las paredes de piedra del valle.

En el tercer día estaban a pocas horas de llegar a Triboar, unos buitres volaron por el cielo en dirección de los aventureros para luego ver como uno descendía para hablar con dos de los aventureros, aquellos que se habían infiltrado al club de la pluma elegante y sin saberlo también al culto que buscaba dominar el poder sobre el viento. El sujeto vestía una túnica con plumas blancas y les advirtió que traían una carga peligrosa que no debía llegar a su destino, incluso insto a los aventureros, miembros de la orden del guantelete, el revisar la mercancía para que se dieran cuenta de con qué clase de gente estaban trabajando y la advertencia de que ellos tomarían cartas en el asunto. Los aventureros simplemente ignoraron a sus aliados creyendo ciegamente en la tiefling picara que viajaba con ellos, seguramente pensando que es de naturaleza honesta. Durante esa tarde fueron atacados por bárbaros de la tribu Utghard. En cuanto la pelea comenzó, aquellos en los buitres vieron una oportunidad para atacar, descendiendo contra los hombres de la red obscura y matando algunos de ellos antes de irse, sabiendo que no podían detenerles ellos solos pero felices de derramar sangre y llevar prisioneros.

No había sido un buen día, los acompañantes que tenían los habían visto platicar con sus atacantes antes del suceso, mientras que los heraldos de la pluma elegante podían dar fe de que aquellos miembros quizás no se habían integrado tan bien como habían pensado en primera instancia. Quizás esto podría mermar la confianza de los aventureros, o peor aun el ganar enemigos que antes no tenían.

Llegaron al pueblo de Triboar donde obtuvieron pistas del orbe de devastación robado, todo indicaba que alguna fuerza criminal lo había robado y llevado a Yartar para luego continuar lo poco de viaje que quedaba. Esa misma noche llegaron a la ciudad de Yartar donde entregaron la mercancía, un cargamento de drogas completo listo para el placer de los nobles en la costa de espadas.