Sesión 20: El camino largo - Largo camino
Una vez que los aventureros salieron del Rancho Nettlebee
obtuvieron la noticia de que un orbe de devastación había sido robado de
Triboar, no tenían muchas pistas al respecto pero al saber que el lugar quedaba
de camino a Yartar, los miembros de la red obscura que viajaban con el grupo
sugirieron ir a Wormford para realizar un pequeño trabajo el cual los dejaría
en el lugar donde se reportó el robo.
El camino fue largo pero no tuvieron muchos problemas en
llegar a Wormford avanzando por Beliard para luego seguir por el rio un par de días.
El pequeño pueblo se recuperaba después de los piratas que pertenecían al Culto
de la Ola aplastante atacaran el lugar. Una vez en Wormford la ladrona del
grupo contacto a sus líderes para saber claramente en que consistía el encargo.
Tendrían que llevar una serie de cargamentos desde Wormford hasta Yartar,
dejando algunos paquetes en Triboar, debían de tener cuidado ya que el
cargamento era valioso y al parecer los ataques de cultistas, piratas y
bandidos había creado un vacío en el mercado negro que otros grupos estaban
llenando. Las instrucciones eran simples, a la mañana siguiente transportarían
la mercancía y cuando llegaran a la ciudad debían evitar a los de aduana, en
especial a los honestos.
Los aventureros consiguieron una carrosa de la cual tirarían
sus monturas mientras que la red obscura prepararía a sus propios hombres para
auxiliar con la tarea de cuidar las diez carretas de mercancía, un cargamento
tan grande simplemente no podía pasar desapercibida.
El camino no tuvo inconvenientes la primera mañana de
recorrido, pero al anochecer un gran grupo de bandidos decidieron atacar con
flechas encendidas esperando incendiar alguno de los carros, que fuera
abandonado y pillar lo que pudieran. Pero no contaban con los aventureros que
apagaron rápidamente los incendios creando lluvia con poder divino para luego
ser casi exterminados con un par de spells los cuales eran suficientes como
para matarles múltiples veces. Los bandidos sobrevivientes espantados por la
masacre escaparon por su vida mientras que uno de ellos era capturado y
amenazado con un horrible destino si intentaban hacer algo en contra de la
carroza, no se les volvió a ver pero en algún momento de la noche volvieron
para enterrar a sus muertos.
El segundo día de recorrido atravesaron la ciudad de
Redlarch, ya habían escuchado rumores de que un tornado había arrasado de la
noche a la mañana el pueblo pero por primera vez veían la magnitud del
desastre, muchas casas habían caído a pedazos, árboles arrancados tirados por
el suelo y lo que antes era un pueblo activo parecía completamente solo. Aunque
las apariencias engañan y no tardaron en darse cuenta que alguien los observaba
escondido entre los escombros. Se acercaron pero le perdieron el rastro dejando
someras raciones esperando que aquel pueblo que los veía en tan baja estima
agradeciera la ayuda y salir del lugar sin investigar lo que realmente había
sucedido.
No tardaron en empezar a atravesar el centro del valle
Dessarin, las colinas Sumber, lugar donde los cultos tenían su actividad
principal. El grupo fue emboscado por un clérigo de la flama eterna y sus
guardianes que venían específicamente a matar a los aventureros, estos lograron
destruir el carro en el que viajaban con una bola de fuego pero la situación
fue rápidamente controlada. Durante esa noche por su parte el culto de la
piedra negra hizo su ataque por dos frentes, había estado observando a la
distancia a los aventureros, su plan era separarles. Enviaron un grupo de ogros
para atacar a los guardias que les acompañaban y distraer a algunos de ellos
para luego atacar por sorpresa a aquellos que se quedaran atrás cuando
escucharan el alboroto. Su plan tuvo éxito al separarlos habiendo pelea en dos
frentes pero los ogros cayeron fácilmente mientras que los guerreros del culto caían
mientras su líder escapaba corriendo atravesó de las paredes de piedra del
valle.
En el tercer día estaban a pocas horas de llegar a Triboar,
unos buitres volaron por el cielo en dirección de los aventureros para luego
ver como uno descendía para hablar con dos de los aventureros, aquellos que se habían
infiltrado al club de la pluma elegante y sin saberlo también al culto que
buscaba dominar el poder sobre el viento. El sujeto vestía una túnica con
plumas blancas y les advirtió que traían una carga peligrosa que no debía
llegar a su destino, incluso insto a los aventureros, miembros de la orden del
guantelete, el revisar la mercancía para que se dieran cuenta de con qué clase
de gente estaban trabajando y la advertencia de que ellos tomarían cartas en el
asunto. Los aventureros simplemente ignoraron a sus aliados creyendo ciegamente
en la tiefling picara que viajaba con ellos, seguramente pensando que es de
naturaleza honesta. Durante esa tarde fueron atacados por bárbaros de la tribu
Utghard. En cuanto la pelea comenzó, aquellos en los buitres vieron una
oportunidad para atacar, descendiendo contra los hombres de la red obscura y
matando algunos de ellos antes de irse, sabiendo que no podían detenerles ellos
solos pero felices de derramar sangre y llevar prisioneros.
No había sido un buen día, los acompañantes que tenían los habían visto platicar con sus atacantes antes del suceso, mientras que los heraldos de la pluma elegante podían dar fe de que aquellos miembros quizás no se habían integrado tan bien como habían pensado en primera instancia. Quizás esto podría mermar la confianza de los aventureros, o peor aun el ganar enemigos que antes no tenían.
No había sido un buen día, los acompañantes que tenían los habían visto platicar con sus atacantes antes del suceso, mientras que los heraldos de la pluma elegante podían dar fe de que aquellos miembros quizás no se habían integrado tan bien como habían pensado en primera instancia. Quizás esto podría mermar la confianza de los aventureros, o peor aun el ganar enemigos que antes no tenían.
Llegaron al pueblo de Triboar donde obtuvieron pistas del
orbe de devastación robado, todo indicaba que alguna fuerza criminal lo había
robado y llevado a Yartar para luego continuar lo poco de viaje que quedaba.
Esa misma noche llegaron a la ciudad de Yartar donde entregaron la mercancía,
un cargamento de drogas completo listo para el placer de los nobles en la costa
de espadas.
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