jueves, 15 de octubre de 2015

Princes of the Apocalypse Session 6: Sacred Stone Monastery – Mines

Sesión 6: Monasterio de la Piedra Sagrada – Escape de las minas

Despertaron en la extraña cripta que se encontraba en las profundidades del monasterio, el lugar parecía no haber sido habitado o si quiera recorrido en un largo tiempo. Intentaron abrir las puertas de la cripta esperando tener una ruta de escape del monasterio pero magia tenia aquellas puertas selladas. Después de un enorme esfuerzo físico pudieron sobrepasar la poderosa magia que protegía la puerta, tal fuerza hubiera hecho pedazos la madera de la misma pero esta se abrió suavemente.

Tras la puerta se encontraban a través de un pasillo una simple puerta de madera y cantidad de túneles que se dirigían a todas direcciones. Se acercaron a la puerta con curiosidad pero sin precaución y esta se abrió mostrando a un grupo de Orogs y un Ogro. Miraron con sospecha a los aventureros pero no conocían a la gente que pertenecía al culto por lo cual exigieron la señal para saber si ellos eran aliados o enemigos. Apresurados intentaron hacer con sus manos un ademan similar al extraño triangulo que habían encontrado varias veces antes y aquellas criaturas volvieron a su habitación convencidos de que eran nuevos reclutas.

Evadiendo aquel enfrentamiento se dispusieron a explorar las minas, parecían abrirse en todas direcciones y al examinarlas notaron que no había ningún mineral que pudieran sacar de aquellas paredes, solo la roca misma de la cual estaba construido el monasterio ¿Cual era la razón de aquellas excavaciones? No tardaron en encontrar las celdas de los prisioneros, personas que eran exprimidas hasta la inconsciencia cavando aquellos túneles los cuales estaban desesperados por libertad.

Los aventureros trataron de calmar a los prisioneros que empezaron a gritar terminando por llamar la atención de las criaturas que habían engañado minutos antes. Sabían que tenia que haber intrusos y preguntaron a los aventureros donde se encontraban las personas que habían provocado tanto alboroto. Con gran suerte lograron engañarles para alejarse pero terminaron por llegar a donde se encontraban algunos prisioneros los cuales fueron atacados en castigo. Pronto los aventureros fueron en su auxilio tomándoles por sorpresa derrotandoles con gran táctica y poco esfuerzo.

Del cadáver del ogro recuperaron la hedionda llave que liberaría a los prisioneros de sus cadenas y encontraron entre ellos a un miembro de la delegación perdida de Mirabar, un enano que se había negado de sobre manera a trabajar en aquella mina pero que en los momentos en que había sido sometido había encontrado un muy angosto túnel colapsado que llevaba al exterior. Les hablo de como habían sido atacados por un gran grupo de bugbers dirigidos por un de los monjes del santuario para luego ser aplastados con enormes rocas que destrozaron las corazas en las que viajaban. Los prisioneros estaban famélicos pero con los aventureros cubriéndoles el escape este podría ser posible.

Los prisioneros fueron cegados por la luz de la libertad y estos fueron escoltados, en el camino se encontraron con unos enanos mineros que parecían con los cuales compartieron algo de comida y bebida hasta separarse y terminar por llevar a la gente hasta las afueras de Red Larch, teniendo que pudiera afectar negativamente si les veían con ellos.

Buscaron a sus contactos y entre las noticias nuevas era que la hermana Garael había salido de Red Larch con destino desconocido mencionando algo de un "Hechicero del fango" que tenia que ver con el culto de la tierra, el rumor de que en poco tiempo un extraño grupo de druidas realizaría un ritual desconocido por la enclave esmeralda y pistas de que el asesino que buscaba la asesina se encontraba refugiado en algún lugar del valle Desarian.

Tenían que volver al monasterio para limpiar aquel infame lugar que se hacia pasar por una humilde orden de monjes pero que había hecho tanto daño a la región, se dirigieron a Beliard para recoger sus monturas pero en el puente de piedra encontraron a un grupo de marineros que les pedían ayuda para transportar cosas y que los protegieran de los piratas del rió. Para su infortunio esos marineros resultaron ser los piratas he intentaron asesinarles en el centro del rió sobre sus botes, donde tenían toda la ventaja lejos de la tierra, pero cuando las cosas se pusieron en su contra no dudaron en arrojarse al agua y escapar buceando.

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