jueves, 24 de septiembre de 2015

Princes of the Apocalypse Session 5: Sacred Stone Monastery – Sacred Stone Order

Sesión 5: Monasterio de la Piedra Sagrada – Orden de la Piedra Sagrada

Los aventureros lograron infiltrarse en el Monasterio de la Piedra sagrada gracias a que uno de sus miembros había logrado entrar con el amparo de la noche y abrir la entrada principal a sus aliados. Sin duda aquella situación seria ventajosa ya que al parecer la mayoría de los miembros de la orden que habitaban aquel lugar se encontraban durmiendo, haciendo que la seguridad fuera poca. Con esa ventaja decidieron explorar el lugar en búsqueda de pistas aun que tenían ya muchas sospechas de que ellos estaban directamente involucrados en el ataque a la delegación extraviada.

Cruzaron por un pasillo a la entrada de la sala de la entrada por el camino de la izquierda, dirección contraria por donde se había infiltrado originalmente quien abrió la puerta. Desgraciadamente el sigilo no era una habilidad compartida por todo el grupo por lo cual los monjes que meditaban en su habitación reconocieron pasos extraños, no tardaron en darse cuenta por las palabras y sonidos que se trataba de intrusos, pasando a despertar a los demás para hacerles frente.

El pasillo se llenó de monjes que desarmados y sin armadura se lanzaron sin mostrar miedo a los agresores, tratando de rodearles y usando su gran flexibilidad para pasar entre ellos y rodearles.
Por un momento pensaron que un grupo de personas desarmadas no serían problema pero pronto los monjes utilizaron sus maniobras de combate para derribar a sus oponentes poniéndoles en desventaja así como atacar de forma coordinada. Aquel ataque coordinado dejo sorprendidos a los aventureros quienes estaban acostumbrados a pelear con simples bandidos pero pronto pudieron ver que su falta de armadura los hacia realmente frágiles si es que llegaban a acertar a alguno de ellos.

Poco a poco la situación parecía recuperarse en favor de los aventureros cuando otra de las puertas cercanas se abrió mostrando a dos feroces guerreros en armadura de roca y un sujeto en túnica simple café. Sin duda era la misma armadura que usaban los esclavistas que habían encontrado antes, no había ya duda de que quienes sean las personas que habitaban en el monasterio, no podían tener buenas intenciones. El sujeto en túnica, aun bostezando por la hora empezó a trepar por las paredes hasta el techo y atacar con poderosa magia a los presentes mientras los demás contrincantes atacaban o derribaban a los más indefensos que pudieran tomar. La situación era critica aun que si no fuera por atacar mientras dormían hubieran tenido que enfrentar a toda la fuerza del Monasterio de una sola vez en lugar de en olas, pero al final lograron sobreponerse a la desventaja y usar sus habitaciones para descansar un momento.

Después de eso empezaron a ser más precavidos, apenas habían caminado unos metros dentro del complejo cuando ya todos se encontraban bastante lastimados. Lograron percibir que los cuartos cercanos se encontraban vacíos a excepción de uno de ellos, aprovecharon para atacarles encontrando que eran un grupo de Duergars, enanos corrompidos hace generaciones para convertirse en avaros y tiránicos. Una vez limpia el área de enemigos procedió más al norte en el monasterio hasta llegar a un amplio comedor y sorprender a cuatro monjes que preparaban alimentos en la cocina, que fanática y valientemente pelearon aun en desventaja hasta que no pudieron más contra los intrusos, ignorando toda opción de rendición.

Continuaron explorando el lugar convencidos de que su mano era justa para llegar a un gigantesco santuario donde un solitario hombre en túnica café murmuraba algunas palabras. Al darse cuenta de que había intrusos se preparó para enfrentarlos para darse cuenta de que les conocía, eran aquellas personas quienes habían interferido y alentado sus planes en la tumba de las piedras móviles debajo de Red Larch. Deseoso de venganza ataco a los aventureros con poderosa magia, pero estos observándolo completamente solo en la habitación fueron contra él sin ningún miedo… hasta que las estatuas que se encontraban en las columnas del lugar empezaron a volar en dirección de los desprevenidos intrusos atacándoles con garras y dientes de piedra. Usaron poderosa magia contra él que era anulada con apenas unas palabras y parecía estar tan bien protegido como el más duro de ellos. Pero seguía siendo una batalla de tres contra cinco y cuando las cosas empezaron a ponerse en su contra decidió escapar, usando su afinidad con la tierra para correr hasta perderse de vista en un solo instante.

La figura en túnica café no era otro más que el clérigo Larrakh, una desgracia entre sus hermanos al fallar varias veces sus misiones iniciales, pero después de sobrevivir donde su rival Qarbo había fallado y muerto patéticamente en la intrusión de los aventureros, teniendo información de primera mano de los incluso después de semanas de investigar sobre ellos y una serie de esquemas en su contra, sin duda estaría de nuevo en la gracia de su señor ¿Quién diría que el mismo puñado de aventureros del que pensaba vengarse resultaran ser un enemigo para todos sus hermanos? En un par de días sus hermanos conocerían quienes eran sus enemigos, como peleaban y sus posibles puntos débiles.

Desanimados por la fuga del hombre de túnica café encontraron que el gran santuario fue alguna vez un altar dedicado a Moradin, el dios patrón de los enanos, ahora profanado y convertido en un extraño altar para los habitantes actuales del Monasterio. Encontraron unas escaleras que abrían unas escaleras en el centro de la habitación y bajaron a un lugar donde se encontraba una bestia encerrada con hambre de destruirlos, con una llave recogida pudieron abrir la puerta de hierro que podría separarlos de aquella criatura que luchaba frenéticamente por liberarles y encontrar un lugar donde pudieran descansar.

Se encontraban a mitad del territorio enemigo, aun no sabían a que se estaban enfrentando, pero sin duda estaban sobre la pista correcta. Al parecer el asunto era más grande que una simple delegación asaltada.

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