Sesión 16: Santuario del tierno juramento - Valle de las aguas danzantes
Al regresar los aventureros del Templo de la Flama eterna y volver a Beliar para atender sus heridas escucharon que un grupo de enanos habían desistido de sus intentos de ir a un santuario enano para efectuar la boda de una joven pareja, la expedición se había vuelto demasiado peligrosa pero el clérigo que les acompañaba tenía otra idea.
La pareja quedaría bendecida si alguien recuperaba algo del agua sagrada que se encontraba en el santuario del tierno juramento, lugar oculto en el valle de las aguas danzantes que era dedicado a la diosa del amor y la fertilidad enana Sharindlar. El clérigo miembro de la Orden del Guantelete por lo cual pidió ayuda a los aventureros así como a un noble caballero enano del cual sus aventuras cazando dragones eran bien conocidas. El lugar normalmente estaba prohibido para los no enanos pero por lo peligroso que sabían que era el valle decidió permitir que sus compañeros también fueran. Hacía tiempo que no escuchaba noticias del santuario y esperaba que reportaran que todo se encontraba bien.
Pidieron el apoyo de un jubilado de la Orden del Guantelete que vivía en Beliard y se dirigieron al valle. No quedaba demasiado lejos así que podrían llegar en un día a su destino. Aquel santuario estaba oculto para evitar visitas inesperadas pero con las indicaciones que tenían solo se extraviaron por un par de horas antes de encontrar la colina con cascada donde les indicaron que se encontraba el santuario.
Al ascender la colina uno de los caballos tropezó con un cable lo que hizo que varias rocas empezaran a rodar en su dirección derribándolos y haciéndolos rodar por la colina haciendo que uno de los caballos se hiriera una pata. Después de bajar para asegurarse que el caballo se recuperaría decidieron ayudar a subir al caballo de nuevo por la colina por miedo a que si lo dejaban solo animales salvajes lo cazaran. Era un poco extraño que nadie les mencionara que hubiera trampas.
En la parte más alta del camino se encontraba una castada, según las instrucciones que les habían dado el santuario se encontraba del otro lado de la misma. Con un poco de desconfianza cruzaron al otro lado de las aguas para encontrar el santuario tenía una estatua enorme de la deidad titular, se podía ver inscripciones cursis por toda la pared del lugar y al no tener techo se podía observar al sol entrar he iluminar todo el lugar. Fueron recibidos por un grupo familiar de enanos, aquellos mineros con los que habían compartido alimentos y bebida hacia más de un mes. Al parecer estaba por celebrarse una boda y les invitaron a participar en la misma. Los aventureros alegres aceptaron. El evento transcurrió de forma relativamente normal aun que los más observadores podían notar que todos los invitados parecían tener cota de malla y armas debajo de sus túnicas, quizás justificable por los mismos peligros de la región. Pero todo cambio cuando la clériga que atendía la boda hizo una señal y todos sacaron armas rodeándoles.
Rápidamente uno de los aventureros empezó a hablar y usando su magia logro hacer que las emociones de los enanos se calmaran. Querían simplemente recoger el agua sagrada he irse pero los mineros dijeron que aun que para ellos estuviera bien, su jefe no les dejaría que los dejaran ir con vida. Parecían algo asustados y pronto pudieron ver el porqué de ello. La clériga se había refugiado detrás de una estatua gigantesca de la diosa Sharindlar para luego salir mostrando su verdadera apariencia, un poderoso gigante conocido como Oni había estado personificando a la clériga y al ver que sus enanos estaban solamente conservando lanzo un viento helado congelando a todos en la habitación y matando a los mineros sin darles ninguna oportunidad.
Rápidamente el Oni se dio cuenta que se encontraba en desventaja y usando su magia se volvió invisible para escapar mientras sus heridas se regeneraban. Todo quedo en silencio después de eso. La escena había sido extraña pero con suerte aquello se había marchado y podrían continuar. Exploraron un poco el resto del lugar y terminaron llegando a una pequeña habitación donde un brote de agua parecía caer sobre una fuente, pero al entrar uno recibió desde las sombras una puñalada con una daga envenenada para luego ver al Oni aparecer dando un par de fuertes golpes con su arma.
Les había preparado una emboscada Grumink, el renegado. Un enano mercenario y asesino que ha estado trabajando para el oni Obratu quien cree que el baúl de tesoros de Belsimer está escondido en algún lugar del santuario. El hecho de estar profanando un santuario de su propia gente no le molestaba en lo más absoluto a Grumink quien se regodeaba con cualquier oportunidad de encontrar una excusa para matar, obteniendo oro y posibles tesoros con ello.
El lugar era algo apretado por lo cual no podían ser rodeados fácilmente los criminales y el oni empezó a invocar obscuridad para ocultarles mejor a ellos pero los aventureros contra atacaron disipando la obscuridad con un hechizo de luz. El Oni había visto la fuerza de los aventureros y aun que Grumink había una cantidad asombrosa de daño con sus dagas, él no se arriesgaría a morir por lo cual cancelo el trato y emprendió su escape volando del lugar. El salón principal no estaba techado, si llegaba a aquel lugar, no podrían atraparle. El asesino se defendió como pudo intentando usar cada truco sucio disponible para no ser atrapado pero una vez solo sus ataques eran menos efectivos. Al final el Oni fue atravesado por una flecha en el último momento y aquel enano murió en pelea.
Encontraron la fuente que contenía un agua radiante que parecía danzar y llenaron varias botellas. Por un momento pensaron en las promesas de tesoro que el asesino les había mencionado y explorando un poco más él lugar encontraron los habitáculos de los verdaderos clérigos del santuario, todos los cuales habían sido brutalmente asesinados. Una terrible tragedia había sucedido, pero con aquellos villanos derrotados eventualmente un nuevo grupo de clérigos vendría a tomar su lugar.
Al volver entregaron el agua y el clérigo les permitió conservar alguna de las botellas diciéndoles que las mismas les podrían traer suerte. Días después se efectuó la ceremonia de boda en Beliar con los aventureros entre los invitados y pudieron tener un descanso de todas las cosas malas que parecían estar ocurriendo en el valle.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario