Sesión 23: Templo de la Piedra Negra - Puertas de Tyar-Besil
Gracias a las acciones de los aventureros algunas facciones habían
empezado a observar los problemas que caían sobre el Valle Dessarin decidiendo
que debían algunos refuerzos para detener al Culto de la Tierra Negra que
estaba causando grandes estragos. Ha estos se les dio información para poder
contactar con aquellos que se habían internado al Monasterio de la Piedra
Sagrada. El primer grupo de aventureros había pensado intentar infiltrarse para
tratar de averiguar información, otros se habían separado buscando a los
prisioneros debajo del monasterio mientras otros se habían quedado atrás
cuidando la retaguardia, correspondería a este segundo grupo el ser la primera
ofensiva para luego reunirse cuando terminen sus objetivos.
El equipo de nuevo de aventureros se conocía poco entre sí,
pero era momento de demostrar a sus facciones la confianza que habían puesto en
ellos, aunque el lugar prometía que sin apoyo la situación podría írseles de
las manos. Sin demasiado problema llegaron a las antiguas escaleras que habían
sido abiertas previamente. Una vez que bajaron las largas escaleras debajo del
monasterio se encontraron con un puente de piedra que cruzaba lo que parecía
ser un profundo abismo.
El lugar era silencioso y con la luz de antorchas pudieron
percibir largas columnas que salían del abismo que apenas se veían desde la
orilla del puente con estatuas de demonios alados en ellas. Por un momento
pensaron que podrían ser gárgolas pero ya habían visto antes estatuas que solo
eran eso. Continuaron cruzando por el puente para luego voltear hacia pesados
aleteos y ver tres gárgolas salían de a su encuentro. En su desesperación
intentaron hacer la señal de la piedra negra pero habían sido instruidas para
atacar a cualquiera que no lo haya hecho antes de cruzar más allá de la mitad
del puente.
Las gárgolas envistieron contra los aventureros con un
objetivo en particular, tirarlos por el profundo abismo para que sea la misma
tierra la que los aplastara. Los aventureros hicieron foco de sus ataques a una
de las gárgolas derribándola rápidamente pero las otras dos gárgolas contra
atacaron logrando empujar a dos aventureros por el abismo. Ellos habían caído
por cercas de cien pies a lo que parecía un siniestro cementerio de alguna
antigua guerra, uno de los aventureros estaba herido de gravedad mientras que
el otro presentaba heridas graves pero aun podía moverse para darle una pócima
a su compañero. Mientras en el puente la situación se veía cada vez más
obscura, no había señales de sus compañeros y ahora se encontraban en
desventaja hasta que flechas y fuego salió de la obscuridad impactando a las gárgolas
y terminando por destruirlas.
Una vez que todos volvieron a subir hasta el puente cruzaron
de nuevo por el puente hasta encontrarse con una gigantesca puerta derruida que
alguna vez fue la puerta de la antigua fortaleza enana de Tyar-Besil que
actualmente estaba ocupada por los cultistas. Con cuidado cruzaron las puertas
confiados en no tener que volver a tratar con más abismos encontrándose con la
primera línea de defensa real del culto desprevenida, un grupo de cuatro
hobgoblins y a Nartham, un burrowshark (soldado elite del culto) montado en su
bulette. No hubiera funcionado del todo el hablar con ellos ya que el violento
de Nartham simplemente hubiera buscado una excusa para matar por la mas mínima
sospecha, no es que alguien le fuera a decir nada por matar a un compañero de
nuevo.
Un mago en el grupo uso su magia para eliminar a los
hobgoblins en un abrir y cerrar de ojos lo cual convirtió una pelea desfavorable
en una relativamente simple. Tenían que avanzar rápido antes de que llegaran
refuerzos y avanzaron por los pasillos hasta llegar a una gigantesca estatua de
un monstruoso hombre de piedra aplastando humanos bajo sus pies y con alas de dragón
saliendo de su puño cerrado. Un pequeño vistazo de lo que haría Ogrémoch si
lograba entrar a nuestro mundo.
Decidieron explorar un poco más encontrando las barracas
donde algunos de los guardias estaban dormidos. Después de derrotar al bullete
y el abismo de las gárgolas esto era sencillo y sus esfuerzos fueron
recompensados con un juego de túnicas de cultistas con las cuales podrían
infiltrarse en el culto y moverse más libremente.